Érase una vez una pequeña ciudad invadida de largas melenas. Sus habitantes andaban escondidos entre largas cabelleras que ya no sabían como recogerse. Habían probado todo tipo de estrategias: trenzas, moños, coletas, macrohorquillas, palos chinos, sujetatirabuzones, pero nada; todo era inútil para controlar aquellas desbocadas melenas.
Una soleada mañana de agosto llegó a nuestra ciudad un extraño personaje. Su pelo azul tenía forma de estrella. Éste le llegaba a la altura de los hombros, en él habitaban pequeñas mariposas de muchos colores. LLevaba consigo una mochila parlanchina, brillante que despertó la curiosidad de los habitantes de la ciudad. Al llegar a la plaza mayor apoyó su mochila en el suelo y ésta empezó a bailar por todos los rincones del lugar. Esto provocó que todos los niños se acercaran a escucharla y preguntaran por su contenido.
Pelo azul empezó a sacar objetos de la mochila: tijeras, peines, tintes, rulos, pinzas...Algunos se escondían pero los más atrevidos comenzaron a formar una fila delante de él.
Al día siguiente la ciudad había cambiado totalmente su aspecto. Sus habitantes se mostraban con sus cabelleras de colores, de distintas formas: rastas, pelos de punta, cortes imposibles, cabezas peladas...Orgullosos se hacían miles de fotografías que colgaron en este blog.
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