Esa mañana la ciudad
despertó totalmente cubierta de nubes. El aire soplaba fuertemente y
los árboles se balanceaban. La gente caminaba por las calles
cabizbaja y sin rumbo. Algo estaba sucediendo, pero nadie sabía que
ocurría.
Al atardecer, después de un
estruendo ensordecedor, los animales de aquella oscura ciudad,
comenzaron a sublevarse contra los habitantes. La población no sabía como reaccionar y emigraron.
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